Noblesse Obligue
Mi prima cumple, cumple hoy. Tiene una silueta grácil, con su cuello largo. La mirada profunda. El aspecto casual. Fuma uno, dos, tres, la cajetilla, de los más increibles y exóticos nombres. Insiste en hacerlo en la cocina cuando visita mi casa -Que mi papá fuma en todos lados cuando viene- le replico, pero ella llega al lavaplatos y se instala.
Siempre lo podemos hablar todo. Es de las pocas personas con quien lo puedes hablar todo, sin sentirte incómoda ni juzgada. Amiga fiel del que sea su amigo, nunca se le escuchará una crítica. Ni siquiera de lo obvio, de lo que salta a la vista. Aunque le choquen las cosas que ve, no dirá una palabra que suene a chisme ni a falta de tacto.
Está encargada de un grupo grande en su trabajo pero nadie se dá cuenta porque ella es sencilla. No anda con gesto ni con paso de jefa. Se pierde entre sus subalternos pero tiene una autoridad der diablo, por lo que nadie se confunde.
A mi prima le tocó vivir ahí. Le tocó esa vida y por eso ella se hace como que pertenece, pero su rango es mayor. Los ama mucho a todos, aunque en su habitación diga: NO PASE y ha cedido su verdadera esencia, que es de lo más parecida a Carolina de Mónaco, dulce, dulce hermosura de princesa. Y yo la amo mucho por quien ella es, y me doy cuenta, y yo, que soy una plebeya, sé que nunca llevaré su corona, ni tendré su gentileza, ni sus manos cuidadas, ni su hermosa piel.
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