Familia Ortiz Díaz

Sunday, October 07, 2007

A sus cuarenta, García está solo


En conmemoración de sus 40 años, he releido "Cien Años de Soledad", la aclamada novela cumbre del periodista de oficio Gabriel García Márquez, la cual le tomó muchos meses en escribir y le costó durante su redacción el literal encierro. Esfuerzo demasiado grande cuando el resultado...(pausa)

No terminaba de entender a mis visceras, en su fascinación absurda por Borges y su casi repudio por García Márquez(1). No por la persona, porque no creo haber odiado a nadie todavía, cuanto menos a alguien que no conozco. No por sus cuentos porque siempre me han gustado como se degusta una paleta, momentáneamente, sin altos recuerdos de su sabor excepto por "Ojos de Perro Azul", cuyas remembranzas de ángeles y cadáveres con vida todavía me provocan la misma náusea, que puede también ser una hermosa reacción (1)... El problema era su novela. Lo único que no me gusta del Gabo es su novela "Cien Años de Soledad". Y ni siquiera es ella misma, porque es como si no existiera, sinó los ecos de voces ajenas que escucho en ella.

Yo creía que mi desgano provenía de su lenguaje novelístico y acabo de confirmar que no es cierto. Si bien su lenguaje no tiene nada de espectacular puesto que sigo insistiendo en que el usado por él para redactar coincide más con la forma del ensayo que de la novela, sus articulaciones no me disgustan. Me desencantan las figuras. Ninguna de ellas es propia. Todas son recicladas. No voy a hablar de plagio, porque si tal cosa fuera cierta, estoy segura que hubiera sido denunciado antes y no precisamente por mí; así que hablemos de reconstrucciones a partir de retazos ajenos. Pero invito a Uslar-Pietri a recuperar sus personajes y sus situaciones. E invito a mi corto de visión Borges a recuperar a Funes y sus artificios. Ellos sí son reales, Uslar-Pietri y Borges. Ambos con figuras originales del gaucho y del indígena. Ambos con estructura de lenguaje propia. Ambos con un uso conciso del tiempo de atrás para adelante, de lado a lado, de adelante hacia el lado y todas sus posibilidades. Ambos reducidos y privados de un Novel que fue otorgado sin más a otro, al mercader de sus ideas. La máquina de recuperar la memoria es un Aleph y un Funes juntos, un artificio y una persona juntos. Y todas estas figuras con veinte y tantos años de añejadas antes de ser sostenidas en 471 páginas, durante 1967.

(retomo la pausa) el resultado es que García Márquez se ha sabido promocionar, dos por el precio de uno. Ha sabido reducir la sabiduria de verdaderos literatos con caldos de gusto popular. Hoy por hoy diríamos que el Gabo le añadió a aquellas refinadas figuras la marca latinoamericana de "una libra de cadera", el sudor, la superstición, la ignorancia, el gusto por el miedo, una sabiduría absurda, las mezcló a fuego lento y sacó un experimento del Dr. Frankenstein. El experimento funcionó: caviar tibio sobre galleta de soda.

P.D. Referencias de lectura obligatoria (el caviar en su punto, como debe ser servido y sobre un plato apropiado), favor prestar atención a las fechas de publicación: Jorge Luis Borges-Ficciones (1944), El Aleph (1949), El Libro de Arena (1975), Poema "El Hacedor" (1960), "El Otro" (no recuerdo la fecha, pero ¡por favor!, mucho antes de 1967). Uslar-Pietri: Barrabás y otros relatos (respecto a su narrativa), ah, la fecha importantísima de 1928; El Camino a El Dorado (1947); Treinta Hombres y Sus Sombras (1949).

saludos,


Laura

1 Comments:

At 8:24 AM, Blogger Laura Yosiam said...

Complaciendo a Franz

 

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