Una Paola Indescriptible
Paola ha escrito. Ella es la indescriptible.
Un Perú indescriptible
El 5 de octubre salimos desde Puerto Príncipe, Haití hacia Fourtlauderdale y luego de varias horas allí salimos hacia Lima, Perú. Al llegar a Lima nos enteramos de que una de nuestras maletas (la que tenía toda la ropa nuestra) no había llegado. Hicimos el reporte y nos fuimos al hotel. El siguiente día fuimos al Mercado de Indios a comprar algunas cosas para abrigarnos ya que la temperatura en Lima es muy distinta a la del Caribe.
Conocimos lugares donde no ves turistas, como el mercado de comida, vimos frutas y verduras que antes no habiamos visto y como turistas al fin, tomamos fotos de todas y cada una de ellas.
Nos quedamos esa noche con la esperanza de que la maleta llegaría, tremenda frustración nos llevamos al volver del aeropuerto con las manos vacías. Nos prometieron que en el vuelo del día siguiente estaría nuestra maleta y que la mandarían hacia Arequipa que era nuestro próximo destino.
Volamos hacia Arequipa la mañana siguiente, yo me fui con todo el grupo para Cabanaconde (5 horas y media) en autobús, y Tim se quedó en Arequipa en espera de nuestro equipaje y nos alcanzaría en Llanca, que era el primer pueblo en el que íbamos a trabajar.
Hicimos primero una parada en Chivay para almorzar, luego en la “Cruz del Condor” donde no llegamos a ver ningún Condor. Llegamos a Cabanaconde donde pasamos la noche en el Hostal municipal, la mañana siguiente salimos temprano, 3 horas en un camión hasta el puente de Llanca (6,600 pies), cruzamos el puente y subimos unas montañas por casi 30 minutos, ahí nos esperaban nuestros mulos y caballos para subir a unos 10,100 pies; eso nos tomó unas casi 3 horas. Les cuento que el paisaje era espectacular, es increible poder ver como Dios creó tantas cosas y a veces dudamos de su existencia. En ocasiones no podia mirar a los lados porque sólo había precipicio, pero Dios nos cuidó en cada travesía durante esas 2 semanas.
Llegamos a Llanca, una ciudad pequeña, polvorienta y sin ninguna atracción para ellos más que comprar Chicha (alcohol) en la única tienda que tiene el pueblo, la iglesia lleva cerrada desde la última boda que se celebró ahí ya que no hay cura asignado de manera permanente, sino únicamente para las fiestas religiosas y las bodas.
Estuvimos ahí desde el lunes 8 hasta el miércoles 10 de octubre cuando salimos hacia Ucuchachas (11,340 pies y unas 3 horas y media de caminata), una vista preciosa del poder de Dios, entre ríos, cóndores y montañas las palabras no existen para describir tanta belleza.
En Ucuchachas nos recibieron los niños de la escuela con flores, la maestra nos cuenta que estaban desde las 8:00 am ansiosamente esperándonos. Trabajamos esa tarde y el próximo día hasta la hora de comida, nos marchamos después del almuerzo para Gilla, la primera hora y media era bajada de 11,340 pies hasta 10,400 y luego la siguiente hora y media subida hasta 11,700 pies. En nuestro camino nos acompañó una niña de 8 años llamada Rosa Linda quien es de Gilla pero estudia en Ucuchachas, se levanta cada día a las 5:00 am camina 3 horas para recibir educación. En muchas ocasiones se queda a dormir en la escuela durante la semana, se lleva la comida de su casa y la cocina cada día.
Ella nos cuenta que el recorrido lo hace con su oveja y su perro y que conoce caminos más peligrosos pero más cortos para llegar a casa.
Llegamos a Gilla, una parte caminando y otra parte en mulos. Al siguiente día de haber llegado, los niños de la escuela nos hicieron un baile típico de la región, estuvimos trabajando jueves y viernes. El viernes en la noche el padre Alejandro, un sacerdote anglicano quien nos acompano casi todo el viaje y que esta haciendo una labor preciosa en esos pueblos regalando Biblias e instruyendo a las personas sobre la palabra de Dios, realizó una misa para todos nosotros y para el pueblo de Gilla. El sábado partimos hacia Mina, subimos hasta 12,400 pies y luego descendimos hasta el pueblo. Creo que de Mina es donde más recuerdos tenemos, caminamos por 5 horas y media, vimos una mina de oro, atravesamos ríos, puentes, bajadas llenas de piedras y otras sólo con tierra. Como dice Tim, Dios nada más quiere ver hasta donde podemos llegar por El. Al llegar, fuimos al rio a buscar agua para lavar nuestra ropa, yo al menos tenía 3 pantalones y 2 t-shirt, pero Tim solo tenia 1 jeans y 3 t-shirts, así que con todo y que el agua era como de 6 grados, metimos las manos para lavar.El lugar mas frío de los visitados, tuvimos un servicio religioso el domingo y luego de éste comenzamos a trabajar, donde más niños vimos, mas abusos a la mujer, y donde nos quedamos trabajando hasta las casi 7:30pm.
Salimos a Choco (7,900 pies) el lunes en la manana, caminamos por casi 4 horas, atravesamos un rio, vimos manantiales, atravesamos el Cañón del Colca, más que asombroso es indescriptible, las fotos no dan crédito a las bellezas que vimos. Ya nuestros pies (con ampollas) no podían mas, pero nuestro anhelo de seguir disfrutando de las bellezas que creó nuestro Dios nos mantenía con ánimo. Llegamos a Choco. Nos instalamos en la Posta Médica de allá, el pueblo más grande y con más oportunidades dentro de los visitados, cada quien tiene su “chacra”, o “parcela” en dominicano, donde produce sus verduras y víveres para comer. De Choco les cuento que salí con el corazón roto y el deseo de adoptar 2 niños: Luís José y Jonathan, sus historias me conmovieron y me dejaron con el deseo de seguir sirviendo a Dios e infundir su palabra.
Llego Luís José (8 anos) para ser atendido, cuando le dijeron que se cobraban 2 soles o cualquier atención que él quisiera llevar, fue a su chacra y trajo un paquete de verduras frescas, se sentó en mi silla y me dijo: vengo a que me arregle unas muelas. Al verlo le dije que tenía que sacarlas, que no se preocupara porque eran de leche y las permanentes le iban a salir en 2 años, le dije que aunque yo no lo conocía de nada yo quería lo mejor para él y que por eso había que sacarlas, pero que necesitaba hablar con su mamá para explicarle. Me dijo: yo no tengo mamá. Casi me pongo a llorar en ese momento, lo miré y me dijo: tengo papá y abuela. Entonces le dije pues que necesitaba hablar con uno de ellos, me dijo que su papá trabajaba en la mina todo el día que iba a volver al dia siguiente con su abuela. Cuando estábamos en el devocional de la mañana siguiente llegó Luís José, me dijo que su papá dijo que le sacáramos los dientes y que su abuela iba a ir más tarde. Le coloqué bastante anestesia tópica para que no sintiera la aguja, lloró como es normal, pero colaboró. Cuando terminé le entregue los analgésicos y un carrito de juguete, le dije que cualquier cosa volviera que íbamos a estar ahí, volvió como 3 horas después para preguntarme si se podía tomar uno de los analgésicos, le busqué agua y estuvo visitándonos cada día hasta que nos marchamos. Ese día la doctora de la Posta me contó que su mamá abandonó a su papá por maltrato y que el papá le quitó al niño. Su papá lo maltrata físicamente y a todo le dice que no, está en la escuela porque el gobernador del pueblo le obligó bajo leyes a llevarlo. Es niño con muchos temores por la condición en la que ha crecido de que a todo le dicen que no.
Al día siguiente, llegó Jonathan, 10 años de edad, huérfano de ambos padres, su mamá murió al él nacer, su papá era ciego y murió a los pocos años. Vivía con el actual gobernador del pueblo que está emparentado con él, pero las leyes se lo quitaron por maltrato, dormía en el suelo con una manta (en aquel frío) y lo enviaron a vivir con uno de sus hermanos, el niño no se adaptó porque donde su hermano vivía era muy lejos de todo lo que él conocía, así que prefirió volver donde el gobernador, volvió a los 4 años, caminando solo, ahora recibe un mejor trato donde está y su sueño es irse a Arequipa porque es una ciudad más grande.
Ambos son niños, pero actúan como adultos, han tenido que madurar a la fuerza por las situaciones que han tenido que vivir. ¡Cuán bendecidos hemos sido los que a pesar de no haber crecido con abundancia material, si teníamos abundancia de amor en nuestros hogares!
Salimos de Choco el jueves 18, caminamos 3 horas y media hasta el puente de Choco, allí subimos al camión que nos llevó hasta Cabanaconde, de ahí un bus nos esperaba para dejarnos en Chivay, al llegar a Chivay fuimos hasta las “Termas La Galera”, son piscinas con aguas termales, un oasis en el desierto. Fue lo mejor después de tanto caminar, varios días sin poder bañarnos y tierra de pies a cabeza.
Luego nos fuimos al hotel y de ahí a cenar. A la mañana siguiente salimos hacia Arequipa, 5 horas y media más en autobús, en la noche un grupo fuimos a casa de Brian, el director de proyectos de Perú a cenar. Al siguiente día en la tarde, Tim y yo nos fuimos para Lima, al llegar al aeropuerto fuimos hasta la línea aérea para saber qué había pasado con nuestro equipaje y resulta que no tenían ni idea. Cuando bajamos para chequearnos en el vuelo, nos dicen que nuestro vuelo es el próximo día porque como es un vuelo de media noche hubo una confusión con las fechas, al escuchar eso les dije que gracias a ellos teníamos 3 días con la misma ropa y que trataran de buscarnos asientos en ese vuelo, nos abrieron espacio, no pagamos equipaje ni cambio de fecha, llegamos a Fourtlauderdale y nuestra maleta estuvo ahi las 2 semanas, no intentaron enviarla ni llamarnos, pero de todo ésto aprendimos lo que Dios nos enseñó: A depender de El en este viaje. Sobrevivimos, no de la manera más cómoda, pero los demás del grupo nos suplieron de pasta dental, abrigos, toallitas húmedas para darnos nuestros “baños de gato”, shampoo, acondicionador, etc.
Llegamos a Haití el domingo y donde dejamos siempre nuestro vehículo, que es en la oficina de un amigo cerca del aeropuerto, no estaba la llave. Stephan viajó a Bélgica y se olvidó de dejar la llave con el guardián, llamamos a Tarek un amigo, quien nos recogió y nos llevó a casa, dormimos casi todo el resto del día.
Fue un viaje agotador, con muchos inconvenientes, pero lleno de bendición. Dios nos enseñó la grandeza de su poder al crear todo este mundo, a depender y a confiar en El, a ver que podemos vivir sin lujos y que así como cada día les suplió el Mana al pueblo de Israel, asi mismo nos suplió y nos suple.
Al siguiente día de llegar me enteré que ya no tenía trabajo, mi jefe me llamó y tuvimos una reunión, estuve en shock porque no entendía cómo Dios sabiendo que necesitamos ese dinero nos deja así, sin recursos. Pero como El es Dios, soberano en todo, me regaló el leer un libro que compré hace varios años y nunca había leido “Cuando lo que Dios hace no tiene sentido”. Lo cogí porque para mí no tiene sentido nada de lo que está pasando y entre lo leido me impactó leer este versículo bíblico Proverbios 3:5 “Fíate de Jehová de todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia”.
Visitamos ayer a unos misioneros amigos nuestros quienes tienen una clínica en Quadebuque, un pueblo a 40 minutos de Puerto Príncipe y voy a comenzar a trabajar allí, unos días para los de esa zona y otros días para los misioneros que viven aquí en Haití. Dios nos mueve de lugar cuando sabe que debe hacerlo. El tiene una visión mas amplia que la nuestra y solo El sabe el por qué hace cada cosa, aún no entiendo y como dice James Dobson en el libro, “muchas veces nos quedamos sin entender, pero debemos ser obedientes y movernos.”
Copio lo que el dice en su libro: ¿Dónde está la evidencia de la teología de “decirlo y reclamarlo”, que promete que Dios irá delante de nosotros con su gran escoba cósmica barriendo a un lado todas las pruebas y las incertidumbres inquietantes que pudiera haber en nuestro camino?”. Por el contrario, Jesús les advirtió a sus discípulos: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendreis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” Juan 16:33
A veces nos miran y se preguntan, ¿cómo pueden seguir así, como si nada?. Sólo sé que mi Dios provee siempre. Y como dijo Job: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. El Señor dió y el Señor quitó; bendito sea el nombre del Señor”. Job 1:20-21.
Contamos con sus oraciones, con el apoyo de los que creen y apoyan la gran comisión del Señor, llevar su palabra a toda lengua y nación. Seguimos sirviendo y llevando el evangelio, seguimos enfrentando pruebas, que aunque no entendemos, las aceptamos y aprendemos de ellas. Seguimos con fé, porque estamos llamados a servir y a servirle con AMOR.
Dios les bendiga y gracias por su apoyo.
Tim y Paola DeYoung
Ministerio Médico Internacional (MMI)/Haití
0 Comments:
Post a Comment
<< Home