Mi pregón
Marchante se autollamaba "Aguacatone" por su pregón. Nunca llevó aguacates por mi casa. Me parece irónico haberlo conocido durante 18 años, haber recibido tanto de él y ser totalmente incapaz de recordar su nombre, a pesar de que siempre lo llamé por su nombre. Eran los demás que lo llamaban Aguacatone. Me gusta llamar a las personas por su nombre pero tengo una dislexia mental que me recuerda nombres ajenos, unos tras otros y no me permite recordar el suyo. Llevo diez años tratando. Su carromato iba lleno de frutas hermosas, coloridas, carnosas. Aguacatone después iba con su hijo a quien alguien una vez me dijo, le dejó el negocio. Nosotros nos mudamos de casa, de corazón, de vida y nos instalamos en esta mente de PC, celulares, carros con aires acondicionados, edificios altos. Yo no he vuelto a escuchar ningún pregón desde que vivo en una quinta. Todavía camino descalza. No por la calzada irregular y caliente de la una de la tarde, sinó sobre suave piso de mármol.
1 Comments:
Hola Laura!!!!!!!
te mando un beso desde madrizzz!
muack!
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