Conversación Teológica

Justo hoy escuchaba la hermosa y profunda conversación de mis hermosos hijos en la parte trasera del carro y me enternecí al darme cuenta de que aunque sean muy pequeños escuchan lo que uno les dice. Cual gallareta repetían lo que en algún momento escucharon de mi boca en el mismo carro. Aquí transcribo la certera comunicación de dos chicos de 3 (Julián) y 4 (Máximo José) años.

Julián: Manito, ¿cómo es Dios, que se me olvidó?
Máximo José: Yo no sé, es muy grande. Mami dice que Dios es amor.
Julián: Y ¿cómo así que es amor?
Máximo José: Porque Dios es amor. La biblia lo dice. Dice que es berenicno (benigno) y no busca lo suyo, o sea, que es muy bueno y comparte mucho.
Julián: Aaaaah....pero, pero, ¿si yo quiero a mami es que yo soy Dios?
Máximo José: Nooooo, no, Juli, tú no entiendes. Mira, Dios es de todos pero si son de amor, o sea, que si tú me quieres tú eres familia de Dios pero no eres Dios porque Papa Dios es grandísimo, no chiquitico como tú.
Julián: Aaaah (el que acaba de entender algo muy simple), ¿tú vas a jugar con Marcos en el recreo?
Máximo José: No, él es muy malo conmigo. (y como el que piensa en la conversación que precedió, frunciendo el ceño se pone preocupado un dedo en la boca y rápidamente añade) bueno, está bien, voy a jugar con él ¿y tú?
Julián: Quiaro (Claro).